¿Qué hace adictas a las personas? – Oswaldo Velázquez Muñoz

Esta es una pregunta que innumerables veces me han formulado a lo largo de mi carrera profesional, es más, es la pregunta que yo mismo comencé a hacerme cuando, al inicio de mi propio proceso, intentaba encontrar una solución definitiva para esa condición, psicológica, emocional y física, que experimentaba.

Desde el año 1993, cuando en el límite de la vida y la muerte decidí buscar apoyo, se han conseguido respuestas parciales para intentar resolver esta cuestión, respuestas que como consecuencia de un paradigma competitivo y reduccionista pocas veces han encontrado complementariedad y apoyo mutuo.

La respuesta es “muchas cosas”; tantas como aspectos y asuntos pueden involucrar la vida misma de las personas.

En ese entonces, hace casi 30 años, la mirada sobre la adicción estaba puesta casi en su totalidad sobre la conducta, es decir, es adicto quien consume una substancia ilegal; tanto que en algunos círculos se consideraba la adicción y el alcoholismo como cosas diferentes; algo así como: “el hábito hace al monje”.

Hoy, para hablar de adicciones a sustancias o comportamientos, no nos podemos limitar a una perspectiva médica que se concentra en los aspectos orgánicos, refiriéndose a esto como una enfermedad, o a una psicológica, que observa únicamente la conducta, o a la mirada social, deformada por mitos y prejuicios que aíslan y condenan al adicto o, en muchos casos, lo eximen de responsabilidad minimizando su problemática.

El diagnóstico, acompañamiento y recuperación de conductas adictivas o de dependencia, exigen una mirada actual, amplia y transdisciplinaria, que requiere de competencias, destrezas y actitudes en la práctica profesional para una asistencia eficaz al adicto y su familia.

Bajo esta óptica, la Consejería Profesional en Adicciones permite articular una respuesta y posible solución en casos concretos donde puedan existir relaciones disfuncionales con substancias y/o conductas en las que se pueda intuir adicción, incluyendo métodos que son sensibles a las características individuales de cada persona, sus patologías, el reconocimiento de la influencia de otras personas significativas y su contexto social y cultural.

Entonces, ¿cuáles son esos avances que se han realizado de forma independiente y paralela que pueden llevar a una solución de semejante problema? “Muchos”, es la respuesta, nuevamente.

Para comenzar, el conocimiento respecto del organismo humano ha superado cualquier hipótesis que pudiera plantearse en la década de los 90’s, llegando a parecerse a la ciencia ficción. Disciplinas que integran la neurología, la endocrinología, la inmunología y los procesos cognitivos nos han abierto un campo de interacciones médicas que, solo entre ellas, ya constituyen un universo.

Por otro lado, la evolución de la intervención psicoterapéutica, en las diferentes fuerzas, no han podido hacer otra cosa que reconocerse mutuamente. Como me expresaba un psicólogo clínico, durante una conversación justamente sobre adicción, “si un psicoterapeuta no llega a la conclusión de que su práctica ha de ser un poco ecléctica, o que sus competencias están limitadas por su formación, es que no ha tenido suficiente clínica”.

Incluso, la terapia que además de contemplar aspectos psicológicos o emocionales atiende a aspectos somáticos, cada vez toma más forma y llega a dar respuestas y soluciones de real relevancia en procesos de recuperación.

Hasta la medicina ancestral y los métodos arcaicos han dado respuestas válidas para el tratamiento de la adicción, como es el caso de la Ibogaína en adictos a la heroína, dando nuevas perspectivas del sentido de la vida a quien por su condición de adicto lo ha perdido todo, incluso la dignidad.

Inclusive, el estudio de las experiencias vividas en la infancia y la comprensión de la importancia del orden en los sistemas familiares nos han acercado a conclusiones importantes.

Así pues, ¿qué hace adictas a las personas?, es una respuesta que no se puede abarcar en un solo ámbito, sin embargo, ¿cómo se puede tratar la adicción?, es una pregunta que puede tener respuesta, si estamos dispuestos a colaborar y no a competir o monopolizar, para dar un paso a donde parece que nos guían todas las señales, en los tiempos que corren, para salvar la vida, a la humanidad y a los humanos.

 

Oswaldo Velásquez Muñoz

 

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