«Un acercamiento a nosotros mismos»
Desde los principios de la humanidad el ser humano se sintió interpelado por el cielo y las estrellas.
La astrología es un lenguaje esotérico que nos acompaña desde las antiguas civilizaciones demostrando una correlación entre las posiciones astronómicas de los planetas y los eventos que ocurren en la tierra.
Lo que la astrología humanística plantea es que las posiciones de los planetas en el momento del nacimiento de un ser humano tendrán una influencia en el carácter y la personalidad del mismo. Es por esto, que la astrología puede ser utilizada como una gran herramienta de conciencia y autoconocimiento para entender nuestras conductas y experiencias de vida. Es un lenguaje que nos permite entender nuestro mundo y el mundo que nos rodea.
Son los astrólogos los encargados de transmitir este lenguaje y cómo opera la astrología en correlación con nuestras experiencias. Pero, es importante remarcar, que el astrólogo no es capaz de controlar el destino ni tampoco de adivinar el futuro, ya que la impredecibilidad de la vida misma escapa de cualquier ser humano. Por lo tanto, lo que la astrología predice son variables posibles dentro de determinados escenarios, no exactitudes.
La vida es creativa y siempre nos sorprende. El astrólogo es el encargado de guiarnos en la experiencia de sumergirnos en nuestro inconsciente a partir de la lectura de nuestra carta natal, pero no es el encargado de dar respuestas determinantes ni juicios que perjudiquen y sugestionen al consultante.
La carta natal es una fotografía del cielo del momento en que uno nace, un mandala que vislumbra las posiciones de los planetas en determinado tiempo-espacio, tomando como significativo el primer respiro de un ser humano, el primer contacto entre sí mismo y el cosmos. Esta fotografía expresa distintos símbolos que influenciaran nuestra psique a lo largo del despliegue de nuestra vida.
La astrología nos acerca a estos símbolos, los cuales pueden manifestarse de infinitos diversos modos, en donde se juega lo consciente como aquello que cada quién reconoce de sí, podríamos decir de alguna manera la «luz», pero también lo inconsciente, aquello que está velado, aquello que se nos resiste a ser indagado, la «sombra».
Conocer nuestra carta natal es una forma terapéutica de entrar en contacto con ambas partes, siendo conscientes que uno no es sólo el relato de sí mismo que se suele contar.
Micaela Mejías Hollman
Astróloga y Tarotista
+34 604 376 157
micaelamejias@hotmail.com
IG: @mic.astros