A menudo me encuentro con esa pregunta que no tiene sonido y que se oculta tras la narración de las situaciones que me comparten. ¿Cuál es esa pregunta que me traen y que no se atreven a verbalizar? Siempre es en realidad la misma: ¿Por qué estoy viviendo esto?, y con ella la petición de la solución para que deje de suceder, el anhelo de que se resuelva algo.
También, frecuentemente noto que al haber estado expuestos a mucha información evolutiva, se ha interiorizado, lo poco oportuno, de presentarse uno mismo como una víctima y, por tanto, aunque ese sea el sentimiento que hay detrás de las palabras, no hay permiso para decir que uno se siente inmensamente pequeño ante un mundo emocional inmenso y confuso que nos sobrepasa.
Así, tenemos encuadrado el contexto en el que comprender que, de lo que se trata es de la reproducción del pasado presentándose.
Adentrémonos en lo que no siempre se ve a primera vista, lo cierto es que estamos en relación con todos y con todo, en todo momento, y que en esa relación estamos reproduciendo lo que ya sucedió, sin salir de ese bucle. Incluso cuando creemos que hemos salido porque hemos dejado atrás un escenario o situación, lugar de trabajo, residencia o dejando atrás relaciones… Tras el primer alivio se presenta de nuevo ese sentimiento con otro disfraz, la impotencia hace su presencia sutil o menos sutilmente.
Seguir mirando hacia adelante resulta costoso, mirar hacía detrás buscando saber lo que no hay que repetir es una tentación que puede que no detectemos y, sin quererlo, nos encontramos con el corazón congelado, en un bucle que nos congela aún más, pensando mucho y sintiendo solos contracción.
En algún lugar, aún resuena la posibilidad de encontrar la solución de este dilema y, eso es así, porque esa solución existe. Tenemos la opción de dejar de ser meros reproductores y pasar a Ser, algo que será viable en esa interacción que nos ofrece lo cotidiano, en la relación con cada emoción que emerge y que trae un potencial de liberación.
Si nos permitimos ser los acompañantes de la emoción sin separarnos de ella, aunque desde la posición de observador, buscando en nuestra realidad externa si verdaderamente hay coherencia con lo que estamos experimentando, probablemente caigamos en la cuenta de que esa emoción es desproporcionada y, por tanto, se corresponde con una reproducción de un pasado.
Este es un gran instante, uno en el que al haber elegido Ser observadores hemos abierto la puerta a Ser, en lugar de reproducir. En esta postura interior podemos elegir lo nuevo. Sí, efectivamente, lo que quiero decir es que nuestra emoción es la llave para ello, y que nuestra opción de ser amorosos con nosotros mismos ante lo que nos abruma y acompañarnos en ello, no puede estar en manos de otros, ni trasladada a un poder superior lejano e inaccesible.
Aunque sin duda, y de eso se trata, los profesionales al servicio de la ayuda, en todas sus formas, podemos apoyar enseñando cómo volver a sentir todo lo que ha sido negado por uno mismo, por el sistema familiar completo y por el colectivo.
Como profesional de la ayuda, mi coherencia consiste en ser amorosa, observadora de mis propias emociones y experimentarme Siendo. Esto se contagia a nuestros clientes y nosotros pulimos nuestra decisión de Ser en lugar de reproducir. Nos encontramos en el camino, de todo corazón, nos deseo un Buen Viaje.
Rocío Palacios
Constelaciones Familiares · Encuentros Clases online · Seminarios · Sesiones – Viajes al silencio – Al servicio de que encuentres tu alineación con la Fuente y escuches el Amor como tu único Guía
693 298 767 (Whatsapp)
www.rociopalacios.es