El loco – Escuela EIVIDA

Cuando este artículo esté en la calle, ya habrá pasado el carnaval y estaremos en la famosa Cuaresma.

Carnaval celebra el fin del sueño invernal y la celebración de la llegada de la primavera, como originalmente lo fue la Semana Santa. Y con la vida, siempre viene de la mano la esperanza. La posibilidad de cambio, de transformación , de renovación.

Y para renovarse, hay que morir… hay que dejar morir…

Y como me cuesta… ya sé, por lo aprendido y lo vivido lo cansina que soy cuando no me queda otra que dejar ir algo o a alguien y me pongo en modo “ ¡no pasarán!” Me agarro con una fuerza insospechada en este mini cuerpo que la vida me ha dado. Analizo lo que siento y ya sé que es miedo, miedo al vacío, miedo porque no sé si otra cosa vendrá, miedo a repetir el sufrimiento, pero últimamente me pregunto si mi miedo no es por la muerte EL LOCO de algo, sino por el renacimiento que viene después. Miedo a que no sé, ni puedo saber, quién es la mujer que aparecerá después y si podré con esa nueva realidad. Miedo que se traduce en control, en la pulsión de tratar de controlar las consecuencias de esa transformación.

Y cansancio, mucho cansancio por tantos renacimientos. Y aquí aparece una de mis palabras favoritas: la fe. Porque si para morir hace falta dejarse ir, para nacer hace falta eso y también fe. Hace falta creer en la hermosa frase: “hágase en mí tu voluntad». La voluntad de la vida en sí y de aquello que nos sostiene y que no es otro que algo interno que hay en mi, el Loco del Tarot, la carta número cero, el inconsciente que camina al precipicio con un hatillo a la espalda y una sonrisa en la boca. Miro ese Arcano mayor. Veo un joven alegre, vestido de extravagantes colores, un bufón, un payaso, un niño.

El Loco representa lo que no tiene ni desea estructura, representa el inicio de un viaje, el ser puro. El Loco tiene todas las herramientas en su hatillo, pero ni siquiera lo ha abierto aún, porque acaba de nacer.

El Loco va acompañado de un perrito blanco , un amigo fiel, que no duda en morderle el culo para que siga adelante y corretea alrededor para darle alegría. No sé si esta es la correcta interpretación de la carta, pero es la mía y es la que me gusta: el perrito es mi fe y lo que más preciso de ella es que tenga la cualidad del perro, su inquebrantable lealtad. Que mi fe no me abandone, no se vaya con otros, no sirva a otros, sino sólo a mí. Le pido a mi perrito que me muerda el culo cuando estoy cansada para que me levante y siga caminando.

El hombre o la mujer que no tiene miedo es un loco o una loca, porque el miedo nos preserva y nos protege, pero hay momentos en la vida en los que hay que hacer un salto al precipicio, el famoso salto de fe. Y es entonces cuando hay que llamar a la loca o al loco que llevamos dentro y a su perrito juguetón. Me da la sensación de que tarde o temprano cualquier proceso nos lleva de cabeza a ese momento, el del salto de fe… Te puedes quedar mirándote el trauma una y otra vez, pero, al final…o saltas o te quedas allí, con tus pantalones intactos, muy arregladitos, pero… allí. Empiezo a sospechar que en los grandes temas de mi vida, lo que me queda es quedarme de una vez con el culo al aire y silbo llamando a mi fe, para que me termine de destrozar los calzones.

 

EIVIDA Escuela de Intuición y Vida

Finca Ecológica, Carretera de Ibiza a Santa Eulária km 3,3

666 66 34 77
www.eivida.com
eivida.ibiza@gmail.com

 

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