Netflix – Escuela EIVIDA

La inspiración para estos artículos viene de cualquier lado y, si no viene, hay que traerla a empujones, porque hay que editar el magazine y siempre eres de las últimas, cansina… A veces tienes suerte y tus amigos, un libro, los cuentos, los readings te traen algo…

Esta vez es uno de esos artículos que se comparten en un grupo de whatsapp y que me pareció hermoso y me disparó la cabeza…

Una amiga compartía el mencionado texto que hablaba de cómo las almas decidían con quienes iban a compartir esta vida. Algunas almas se encontrarían fugazmente y otras tendrían un lugar primordial en nuestras vidas. Las víctimas y los verdugos estaban acordados y todos cumplían una misión en el devenir de la vida de cada individuo. Pero eso no quiere decir que todo está determinado: “nos hemos repartido los papeles, pero no hay guion. Cada uno crea sus propios diálogos y sus papeles”.

Me encantó y me hizo pensar en varias cosas… Bueno, en una, que no doy “pa” mucho más. Me hizo pensar en… Netflix. Sí, nuestras vidas son los ríos que van a parar al mar, que es el morir, como dijo el poeta o… una serie de Netflix.

Tú te has hecho tu propio casting. Decides quienes son los actores que van a intervenir en la serie y de qué va a tratar. Y a veces, nos empeñamos en crear una enmarañada trama de la que hay que salir como sea. Pero cualquier guionista sabe, que, puedes estar dándole vueltas a lo mismo y puedes mantener una serie por años, pero que es un aburrimiento total. Ese tipo de series, que puedes retomar varios capítulos más tarde, habiéndote perdido un montón y da igual, tienen un tipo de público…

… como guionista de tu vida también tienes que tener claro que tú eres el público y que si te estás aburriendo, tal vez, deberías cambiar algo de la trama.

Me alucina la desfachatez con que algunos guionistas cambian las series y consiguen que una que empezó siendo una tragedia se convierta en una comedia. Y esa desfachatez es genial. En tu vida te vas a encontrar con esas situaciones que se repiten y a veces te obcecas en sanarlas, pero a lo mejor hay que echarle morro y simplemente cambiar el temita dichoso. Igualmente, en las buenas series hay varias líneas de acción: no todo se basa en una y se va alternando el foco para mantener la intriga. Muy buena estrategia devida… Si estoy todo el rato mirando mis problemas amorosos y no me dedico a la línea de acción sobre mi trabajo… al final…. Me aburriré mortalmente.

En cuanto a nuestro casting… el único rol imprescindible eres tú, todos los demás… sorry, actores secundarios. Y aquí me planteo lo siguiente… Sentir que los que te han hecho daño son tus maestros y los has elegido tu es muy sanador y te ayuda a ser el dueño de tu vida. Pero en las series, cuando un personaje ya no da juego, se le mata y punto. Una mañana se le cae una maceta en la cabeza y ya está, se acabó el personaje, o alguien dice que se fue a África y murió de disentería y santas pascuas…

Pues tal vez, a veces, podría ser así en nuestras vidas. Supongo que el perdón llegará, el agradecimiento y tal… pero, si alguien te está fastidiando el guion… pues, cárgatelo… metafóricamente.

Hay personajes cuya realidad ha tenido cabida en nuestra vida, a veces, durante años, pero en un momento, simplemente ya no te interesa su realidad en la tuya y lo borras y punto pelota. De hecho, lo que me ha ocurrido a mí con alguno de estos personajes es que he tratado de investigar porqué, para qué, cómo y qué le pasaba y he aprendido mucho, con los que más, por supuesto, pero para poder avanzar, he tenido que decir: en la próxima página de mi guion, te mato. Y con el tiempo, cuando a veces me he encontrado releyendo las páginas del mismo, me ha salido una sonrisa de aceptación y ternura, que supongo, es el agradecimiento, pero con otros, me sigue saliendo el alivio y el menos mal que te tiré la maceta en la página 1568 y te dejé sequito/a.

Porque si ellos me enseñaron, yo también les enseñé, porque si ellos me dieron una oportunidad, yo también se la di a ellos, y al final, todo se trataba de que mi guion fuera mío y no suyo. Y cargándomelos me empoderé y recuperé mi vida y en muchos casos mi felicidad.

Alguien me contó que después de haber estado mucho tiempo con su pareja maniaco depresiva, el día que ella le miró y le dijo: “quiero morir”, él vio la luz muy clara y le dijo: “pues entonces me voy, porque yo amo la vida” y escuchó como le suplicaba y le pedía ayuda… Pero ese personaje ya no pegaba en SU guion, había que irse y vivir… Había que ser coherente con la historia. Y la historia de aquel hombre era una historia de esperanza. Su pareja, había decidido otra historia. Era libre de hacerlo. Él también.

 

Encarna de las Heras

EIVIDA Escuela de Intuición y Vida

Tf 666 663 477
eivida.ibiza@gmail.com
www.eivida.com
Casa del Sol, C/ dels Avets, 56 – Sant Jordi.

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