ROOM 8 de James W. Griffiths
Cortometraje premiado con el Bafta, los premios de la academia británica de cine, en el año 2014. Parece evocar a los cuentos de Borges, se trata de un corto ambientado en una prisión rusa de la época soviética. Presenta un insólito relato lleno de simbolismo que nos llevará a una profunda reflexión, eso sí, siempre manteniéndonos totalmente sumergidos ante lo extraordinario de los acontecimientos.
Un ejemplo perfecto de cómo hay historias que deben ser contadas en un formato de cortometraje.
TABLE 7 de Marco Slavnic y Andrew McDonald
Este cortometraje del año 2010, es un ejemplo perfecto de cómo se puede crear una maravillosa obra sin necesidad decontar con grandes recursos ni la necesidad de una larga duración. Con poco más de 3 minutos, esta asombrosa historia narra la conversación íntima que una pareja mantienen en un restaurante. Sin que ellos lo sepan, cada palabra está siendo escuchada…
Nada es lo que parece.
CAFÉ PARA LLEVAR de Patricia Font
Corto ganador del premio Goya al mejor cortometraje en 2015. Las relaciones sentimentales pueden ser complicadas y los encuentros inesperados con los “ex” suelen ser situaciones incómodas con las que hay que lidiar. Alicia (Alexandra Jiménez) llega a un bar y pide un café… para llevar. Da la casualidad que allí se encuentra con Javi (Daniel Grao), su ex, y comienzan a hablar. Las risas forzadas no tardarán en aparecer y la conversación se torcerá hacia el problema que los separó; pero se nota que todavía la chispa entre ambos arde, entre ellos no se ha acabado todo.
El final con un giro inesperado, una magistral puesta en escena y unas interpretaciones soberbias, crean este cortometraje con el que cualquiera de nosotros nos podríamos sentir identificados.