No hemos venido a este mundo a ganar dinero. Ni tampoco a agradar a los demás, logrando éxito, estatus y reconocimiento. Nuestra existencia tampoco está orientada a comprar, poseer y acumular cosas que no necesitamos. Ni mucho menos a evadirnos constantemente de nosotros mismos por medio del entretenimiento y la distracción.
No me malinterpretes, creo en la importancia de disfrutar de abundancia económica que te otorgue bienestar y seguridad. Lo que quiero decir es: ¿es esa la finalidad?
Y entonces, ¿para qué vivimos? Aunque cada uno de nosotros está llamado a encontrar su propia respuesta, muchos sabios y pensadores de todos los tiempos nos han invitado a ver la vida como “un continuo proceso de aprendizaje”.
Si entendemos la vida como un proceso cuya principal finalidad es crecer, madurar y evolucionar como seres humanos, aprendiendo a ser felices por nosotros mismos, de manera que sepamos cómo amarnos a nosotros, a los demás y a la vida tal como son, nos daremos cuenta de que como humanos poseemos un enorme potencial interior.
Así, cuando no vivimos de forma responsable, libre, madura y consciente es debido a que no hemos despertado todas estas cualidades y capacidades que están latentes en nuestro interior. Y así seguirán hasta que las desarrollemos a través del conocimiento y el entrenamiento.
Decía Erich Fromm: “El ser humano siempre muere antes de haber nacido por completo”.
Para desplegar todo nuestro potencial es necesario adoptar una postura responsable frente a nuestras vidas y, es probable, que al hacerlo, cuestionemos nuestro sistema de creencias, modificando nuestra escala de valores, prioridades y aspiraciones.
¿De qué nos sirve llevar una vida de éxito y de abundancia material si nos sentimos vacíos e insatisfechos por dentro?
Solemos confundir la felicidad con el placer y la satisfacción. Sin embargo, la verdadera felicidad no está relacionada con lo que hacemos ni con lo que poseemos.
La verdadera felicidad tiene que ver con la ausencia de lucha, conflicto y sufrimiento internos. Es decir, la paz interior.
Y es que la felicidad no tiene ninguna causa externa, es nuestra verdadera naturaleza. Viene de serie pues es inherente a nuestra condición humana. Por ello, nuestro esfuerzo consciente debe centrarse en eliminar todas las barreras que hemos levantado en nuestro interior y que le impiden manifestarse.
Daniel Mariño
Life Coach – Master PNL
+34 646 49 44 47
FB danielmarinocoach
IG @danielmarino.es
info@danielmarino.es
C/ Felipe II 19, 2º D (CP 07800) Ibiza
** Muchas felicidades a Aarti por sus 100 números y gracias por acompañarnos en este camino de aprendizaje constante y fascinante que es la vida.