Los amamos y comemos – Rubén Fornell

Si eres de las personas que, al pensar en el jamón o en un chuletón comienzas a salivar, pero también eres amante de los animales, te contaré que tu cerebro pone en marcha diversas estrategias para poder seguir con esta paradoja.

Mucha gente no come carne si ve la cabeza del animal, que es su parte más expresiva (y por eso en las carnicerías no las encuentras), y sería impensable que mataran e ingirieran a un cerdo o un corderito criados por ellos, por no hablar de su mascota.  Esto nos permite entender la disonancia cognitiva, que sucede cuando queremos sostener creencias que, entre sí, son incompatibles o existe una distancia importante entre lo que pensamos y lo que hacemos.

¿Qué sucede en nuestro cerebro?    

Realizamos lo que en PNL llamamos “camuflaje lingüístico”. No llamamos a la carne con el nombre exacto del animal, sino con partes que tienen una menor carga de representación mental de vida: filete, magro, salchicha…

Utilizamos el sesgo de confirmación por el cual nos apoyamos en razones que nos interesan, aunque haya otras posibles. Sostenemos razones como que es “normal” porque mucha gente lo hace o “natural” apoyándonos en criterios de evolución. Otra estrategia, es en psicología el “cambio de comportamiento percibido”, que aporta tranquilidad mental cuando consideramos que hemos eliminado una parte negativa. Por eso, mucha gente permite reposar a su paradoja mental optando por carne criada en libertad y alejándose de las mayores industrias.

Habitualmente, usamos una conducta de evitación consistente en no pensar sobre ello, continuando una inercia automática de consumo de carne, que no lleve a reflexiones. Por último, también nos valemos de la disociación, proceso a través del cual despoja a los animales que queremos considerar comida de esa “animalidad” que lo asemejaría a nuestro perro; por ejemplo, infravalorando su inteligencia, sensibilidad o función.

Como podemos observar, los humanos tenemos multitud de “trucos” incluso inconscientes para convencernos de lo que nos conviene, y así poder seguir en nuestra rueda vital sin llegar a grandes reflexiones ni hacer cambios costosos en nuestras vidas.

Te animo a que, en tu soledad y con estos rasgos, pongas en paralelo esta información con tu pareja, tus hábitos, tu trabajo…, y que puedas descubrir tus propias “tapaderas”.

Cuidado con lo que intentas convencerte; es posible que lo consigas…

 

ruben fornell Rubén Fornell

Master en Salud Mental y Programación Neurolingüística. Posgrado en Terapia de Pareja y Sexual. Experto en Trauma y Duelo. Posgrado en Psicología Infantil y especialista en Hipnosis Ericksoniana.

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